Buenos Aires, 11 ago (EFE).- Los argentinos acudirán el próximo domingo a votar en unas elecciones primarias enmarcadas en un delicado escenario económico, con severos desequilibrios monetarios y fiscales, una elevadísima inflación, pobreza en alza y la omnipresente espada de Damocles que supone el pesado endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin oxígeno para funcionar, la segunda mayor economía suramericana tiende a paralizarse, hasta el punto de que consultores privados vaticinan que el PIB caerá este año 3 %, desde una expansión del 5 % en 2022.
"La economía exhibe un deterioro muy importante, no sólo desde el punto de vista de los indicadores económicos, monetarios y fiscales, sino también los sociales. Todos los indicadores dan cuenta del estado de fragilidad en el que se encuentra la economía actualmente", explica a EFE Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting.