Como la actividad económica todavía muestra atisbos de crecimiento, se enciende una luz de esperanza para que en el 2023 siga habiendo un poco de crecimiento. El problema es que la inflación se aceleró tan vertiginosamente en el 2022, y se sigue acelerando, que está afectando a los factores que pueden mantener la actividad económica creciendo.
Cerrando el año, la pregunta que se repite en todas las mesas de café es si la actividad económica sigue creciendo o se estancó, y cómo seguirá el año que viene. Como los números duros disponibles siempre son hacia atrás (hacia adelante son futurología), los analistas siempre se sesgan en tratar de hacer futurología con los números duros de atrás. El punto es que el futuro no necesariamente respeta lo que sucedió en el pasado.
Por eso es aconsejable mirar datos complementarios que pueden estar avisando un cambio de tendencia. En este sentido, lo mejor sería mirar cómo viene la actividad económica junto con la inflación.
Tasa de crecimiento de la actividad económica y de la inflación
Tasas anuales
Fuente: LP CONSULTING en base a EMAE e IPC del INDEC.
Tomando la serie de variación anual desde abril 2021, que es el mes cuando comienza la recuperación interanual luego del confinamiento por covid, lo que surge es que el 2021 fue un año de tasas de crecimiento de la actividad económica de 2 dígitos debido a que el año anterior la caída había sido de 2 dígitos. El 2022 ya es de tasas de crecimiento de un dígito, pero, para nada bajas, ya que vienen oscilando en alrededor de 5% - 8%. Esto es lo que enciende la luz de la esperanza.
Esto es lo que lleva a muchos a pensar que no estamos tan mal. Porque a pesar de todos los problemas económicos del día a día, se viene creciendo a tasas que, en otro contexto, se diría que son tasas robustas de crecimiento. Uno podría pensar que el año que viene se puede seguir creciendo a tasas que, puede que no de 5% - 8%, pero por qué no de 2% - 3%.
Aquí es donde hay que hacer entrar a jugar a la tasa de inflación.
Obsérvese que el 2021 hubo una tasa anual de inflación que se mantuvo en el 50%, aun cuando la economía crecía a tasas de 2 dígitos. Pero en el 2022 hubo un claro cambio de tendencia. Mientras la tasa de actividad económica se desacelera, la tasa de inflación se acelera. Y lo que es robusto es la aceleración de la inflación.
De repente a partir de febrero del 2022, la tasa de inflación aumentó en 4 – 5 puntos porcentuales cada mes. La serie del gráfico termina en setiembre, porque hasta este mes se tiene datos de actividad, pero ya se sabe que en octubre la tasa de inflación subió a 88% (del 83% de setiembre) y que la de noviembre se va a colocar en alrededor del 93%.
La clave es que la inflación se acelera, cuando la actividad económica se desacelera. Esta dinámica implica que la actividad económica no se puede mantener creciendo sin agravar la inflación. Agravándose la inflación, se alimentan los factores que desinflan la producción. Estos factores son los salarios como costo de producción y como ingresos de la gente.
Para tener una idea de cómo operan los salarios en una economía inflacionaria se presenta el siguiente gráfico.
Inflación y salarios
Abril 2021 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
Obsérvese que el salario formal de la economía crece al mismo ritmo que la inflación. Como costo de producción, esto no es ningún incentivo a aumentar la capacidad productiva, toda vez que las empresas están casi totalmente ocupadas en la carrera de ajustar sus precios (para no perder plata) y el salario de sus trabajadores (para no perderlos a ellos).
Pensar en comprar una máquina, abrir un nuevo local, abrir una nueva línea de productos, aunque sea a nivel modesto, está cada vez menos en la agenda de los productores y comerciantes porque la carrera precios-salarios lo único que alimenta es la incertidumbre, no las expectativas positivas.
Como ingreso de la gente, la carrera precios-salarios significa que el salario real no aumenta. Sin aumento de salario real en la economía es improbable pensar que la producción neta (que los negocios que se expanden superen en volumen a los negocios que se contraen) pueda crecer. Podrá haber negocios que vendan a gente a la que le aumentó el salario real pero, en el agregado, se compensa con negocios que se contraen porque le venden a gente que se les cayó el salario real.
Más aleccionador todavía es mirar el salario informal, que es el ingreso de los hogares más pobres. Este viene creciendo consistentemente por debajo de la inflación lo cual implica que los informales están perdiendo capacidad adquisitiva. Se podrá argumentar que el mayor consumo, el que mueve la economía, son los salarios formales.
Bueno, además de que lo que vale para crecer es que los salarios formales suban en términos reales, no que acompañen la inflación, el mercado laboral argentino está dividido en 50-50 entre trabajadores formales e informales. Esto significa que a la mitad de la población se le está cayendo consistentemente la capacidad adquisitiva. Esta caída solo se compensa con menor consumo.
Conclusión
En materia de actividad económica, lo que estamos viendo son los últimos resabios de la recuperación de la economía luego del fuerte shock que sufrió, primero, con las crisis cambiarias de 2018 y 2019, y, sobre esto, el confinamiento por covid. En el gráfico no se presenta este dato, pero vale mencionar que el nivel de PBI está a nivel del 2017, o sea, antes de las crisis cambiarias y del covid.
¿Superará el nivel del 2017?
Improbable. Porque a los formales no les aumenta el salario real y a los informales se les cae. Sin aumento en la capacidad adquisitiva: ¿Cómo puede aumentar el consumo?
Podría aumentar por la vía de mayores exportaciones. Con la seca, el cepo cambiario y la parafernalia burocrática donde hasta los exportadores tienen que pedir permiso para exportar, más que improbable, es imposible.