En las últimas jornadas se observa un acomodamiento y una suba en el dólar informal (por factores de coyuntura), pero muy por debajo de la inflación, no es una mala noticia y si esto implica que se encuentra relativamente congelado respecto a la inflación es mejor. Esto hace que los salarios suban en dólares. La duda es la sostenibilidad de salarios formales en dólares más altos.
Con escenarios de tasas negativas existe el riesgo que algún momento los pesos (aun cuando estén muy licuados versus al año anterior), se pasen a dólar trayendo como consecuencia una posible crisis cambiaria y por ende una posible aceleración de los precios.
Una forma de detectar este riesgo es con el salario mediano formal medido en dólares paralelos y, su contracara, el valor real del dólar paralelo.
Salario en dólares o apreciación cambiaria
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
Se puede observar que, a medida que el dólar paralelo se mantiene relativamente congelado respecto a la inflación, los salarios medidos en dólares suben porque los salarios –mal que mal– siguen a la inflación. Esto no es mala noticia. Al contrario, que los salarios suban en dólares significa que la población aumenta su capacidad de compra.
El tema es que los salarios más altos en dólares sean sostenibles. Para ello, lo que tiene que aumentar es la productividad de la economía. Esto es, aumentar sostenidamente la producción por hora trabajada.
¿Devaluar o reformas estructurales?
Este escenario de tasa de interés negativa, dólar planchado y salarios que, al crecer con la inflación, crecen en dólares pone en alerta a todos los actores económicos y se alimentan distintos tipos de enfoques y visiones. De hecho, ya puso nervioso al FMI que está pidiendo devaluación. No mucha, pero que por lo menos acompañe la inflación.
El presidente Milei les responde –con mucho tino y acierto– que el dólar no está barato. Lo que sucede es que los costos argentinos están altos. En otras palabras, significa que hay baja productividad. Por eso el presidente invita al “Pacto” (de Junio, de Julio o cuando se haga, dependiendo si hay aprobación de ley bases en senado) con una agenda de reformas estructurales para elevar la productividad y tener salarios en dólares altos sustentables.
Sera un nuevo desafió para el gobierno apelar al pragmatismo político que tuvo con la ley bases en cámara de diputados y poder lograr que la cámara de senado acompañe esta Ley, para que luego sea plataforma y puntapié inicial para implementar las reformas estructurales prometidas en el pacto de mayo o junio o julio (en este pacto convencer a los gobernadores del rumbo económico y entre otras cosas definir presupuestos para obra pública y coparticipación), y de esta forma poder lanzar un verdadero plan de crecimiento de la economía, implementado una reforma y ordenamiento del estado y dándole las herramientas (impositivas-laborales y estabilidad de la macro) al sector privado para lograr un crecimiento sostenido en el tiempo. Paralelamente deberá consolidar el equilibrio fiscal (eliminar impuesto país), y la capacidad para recomponer reservas en el BCRA y más temprano que tarde implementar la liberación del cepo cambiario.