El Empleo sigue creciendo, pero de la mano de la Informalidad
En el 3° trimestre del año siguió subiendo fuerte el empleo, pero fue enteramente en la informalidad. Esto explica que la gente –más allá del Mundial de Fútbol– exprese desazón. Con empleos en la informalidad, el trabajo deja de ser sinónimo de progreso social. Las razones son una economía decadente e instituciones laborales más decadentes aún.
Salieron los datos del mercado laboral urbano del INDEC correspondientes al 3° trimestre del 2022. A grandes rasgos, señalan que en el 3° trimestre unas 600 mil personas más entraron a la fuerza laboral respecto a igual período del año anterior. Los que consiguieron empleo fueron 800 mil más respecto a igual período del año anterior. Esto significa que hay 200 mil desempleados menos que en el 3° trimestre del año pasado. Esto es lo que está detrás de la disminución de la tasa de desempleo de 8,2% en el 2021 a 7,1% en el 2022. Buena noticia.
Más interesante todavía es comparar la evolución del empleo urbano total con la actividad económica para ver cómo marchan ambas variables. Lo que surge es lo que se presenta en el gráfico a continuación.
Tasa de crecimiento de la actividad económica y del empleo urbano total
Tasas interanuales
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC.
El gráfico es muy interesante. Muestra cómo se cayó la actividad económica en el 2020 con las medidas de confinamiento de la población por el covid y, con ello, el empleo total. Cuando se habla de empleo total se habla de todo el empleo: asalariado registrado (privado y público), asalariado no registrado y cuentapropismo.
El golpe fue fuerte en el 2° trimestre del 2020 y luego tanto la actividad como el empleo fueron aminorando la caída hasta que en el 1° trimestre del 2021 la actividad económica empieza a mostrar signos de recuperación. El empleo total, en cambio, se recupera muy fuerte en el 2° trimestre del 2021, incluso con una tasa superior a la de actividad económica. Esto es claramente producto de la necesidad acumulada de la gente por salir a trabajar.
A partir de la segunda mitad del 2021 la actividad económica y el empleo total siguen recuperándose con fuerza e incluso se entra y se transcurre el 2022 con tasas de crecimiento económico y empleo total nada despreciables del orden del 5% interanual. Este es un panorama en donde cualquier lector diría “bueno, al final, no nos está yendo tan mal”. Otra buena noticia.
La otra dimensión que hay que mirar es cómo es la composición del crecimiento del empleo urbano total. Esto se presenta en el gráfico a continuación.
Composición del crecimiento del empleo urbano total
Fuente: LP CONSULTING en base a INDEC
Bueno, aquí se acabaron las buenas noticias. La recuperación del empleo desde la salida del confinamiento por covid es enteramente por la vía de la informalidad. En el 2021, el crecimiento del empleo fue, a grandes rasgos, mitad empleo asalariado no registrado y mitad empleo por cuentapropia. Ahora, en el 2022 ya es prácticamente todo aumento del empleo como asalariado no registrado.
Este es el motivo por el cual las estadísticas laborales parecen decir que vamos bien, pero el humor de la gente no refleja esta sensación. Laburo hay, sí, pero “en negro” el cual es un trabajo inestable, mal pago y sin perspectivas.
Las razones
La principal razón es que la economía es decadente y desde hace una década que no crece. En una economía que no crece, no hay crecimiento neto de los empleos de alta productividad que es la condición para que los empleos sean asalariados registrados.
A la decadencia económica se suma, la decadencia de las instituciones laborales. La Ley de Contrato de Trabajo data de 1974, nunca fue actualizada a las necesidades de las tecnologías actuales donde prima la digitalización y la preeminencia de la información como insumo tecnológico, y, lo que es peor, cuando fue modificada fue para volverla más arcaica aún. La Ley de Negociación Colectiva data de 1953, dice que los convenios centrales se aplican a todos los trabajadores y empleadores. aunque no estén representados por los sindicatos y cámaras empresarias firmantes. Colocan niveles de salarios que sólo pueden ser pagados por empresas grandes de la Ciudad de Buenos Aires. Para los pequeños emprendimientos es de imposible aplicación porque no tienen la productividad para pagar esos niveles salariales.
A esto hay que sumarle que el 50% de los jóvenes no termina la secundaria. Sin secundaria, no hay chances de acceder a un empleo asalariado registrado en una empresa de razonable productividad.
Conclusión: el empleo va a seguir creciendo, pero de la mano de la informalidad.