En una década de estancamiento económico, el campo nunca dejó de crecer
Desde la última campaña de la bonanza (2011 / 2012) hasta la última de la década (2020 / 2021) la superficie cultivada creció 1,5% por año, cuando la economía se está desplomando. El más dinámico fue el maíz, el trigo no termina de levantar vuelo y la soja siempre presente.
El perfil de la siembra en Argentina cambió en la década que pasó. Si se toma la última campaña del período de la gran bonanza internacional, que fue la de 2011 / 2012, se observa que hubo 36 millones de hectáreas sembradas de las cuales 52% eran soja, 14% eran maíz y trigo, respectivamente. Es decir, el 80% lo concentraban estos tres granos.
La última campaña, la de 2020 / 2021, se sembraron 41 millones de hectáreas donde la soja bajó su participación a 48%, el maíz subió al 24% y el trigo al 16%. Esto muestra que los tres principales granos de Argentina ahora acumulan el 90% de la siembra. Este cambio de perfil amerita ver qué pasó en la década.
El maíz comenzó a tener su momento de crecimiento fuerte en la campaña 2016 / 2017, seguramente impulsado –entre otros factores– por el cambio en la estructura de derechos de exportación que lo favorecieron. De 6 millones de hectáreas que traía hasta ese momento, se pasó a 9 millones de hectáreas y, en la última, ayudado por los buenos precios internacionales, está tocando los 10 millones de hectáreas. También debe haber ayudado a expandir el cultivo de maíz el aumento y la sostenibilidad de los rindes que venía por debajo de las 5 toneladas por hectárea sembrada y se colocó en una línea constante por encima de las 6 toneladas.
Maíz
Fuente: LP CONSULTING en base a “Estimaciones agrícolas” MGAyP
El trigo ha tenido un comportamiento más inestable. Si bien a partir de la campaña 2016 / 2017 aumentó la superficie sembrada, los rindes fueron más oscilantes. Hasta la campaña 2015 / 2016 las superficies estaban en el orden de las 4 millones de hectáreas y luego se estabilizó por encima de las 6 millones de hectáreas.
Los rindes, en cambio, estuvieron la mayor parte de la década oscilando en las 2,5 toneladas por hectárea sembrada, pasando las tres toneladas en las dos campañas entre el 2017 y 2019, pero luego vuelven a caer a las 2,5 toneladas por hectárea.
Trigo
Fuente: LP CONSULTING en base a “Estimaciones agrícolas” MGAyP
La protagonista principal, la soja, estuvo en el orden de las 20 millones de hectáreas hasta la campaña 2015 / 2016. A partir de la campaña siguiente se observa una sensible disminución de las áreas sembradas hasta 17 millones de hectáreas en la campaña 2019 /2020. Claramente esto responde, entre otros factores, al impulso que se le dio al maíz (en mayor medida) y al trigo (en menor medida).
Lo que se observa también es que en la última campaña 2020 / 2021 la soja vuelve a tener un resurgimiento volviendo a los 20 millones de hectáreas. En esto tuvo que ver el aumento de los derechos de exportación del nuevo gobierno al maíz y al trigo, pero fundamentalmente a que ya el año pasado se percibía de que los precios de la soja podían mejorar, cosa que efectivamente sucedió.
Lo que también se observa es que, si bien la soja recuperas superficie, los rindes fueron bajos. Fueron casi como los observados en la campaña 2017 / 2018, que no fue buena, pero obviamente que los precios del 2021 compensaron con creces los bajos rindes.
Soja
Fuente: LP CONSULTING en base a “Estimaciones agrícolas” MGAyP
En suma, el campo crece sin detenerse. En una década (2011 – 2021) signada por el estancamiento hasta el 2017 y el desmoronamiento económico a partir del 2018, las superficies sembradas crecieron de 36 a 41 millones de hectáreas. Esto es un crecimiento sostenido de 1,5% por año.
El campo no se toma descanso ni se asusta por los cambios de gobierno, de políticas, de clima ni por las versiones. El campo demuestra una vez más que es el tractor de la Argentina, y que sigue tirando para adelante aún cuando la economía se desmorona. Mientras el campo siga tirando, hay esperanza.