La crisis cambiaria y la pandemia rompieron el tejido social. La pobreza en las dos urbes de Santa Fe subió de aproximadamente 20% al 40% entre 2017 y 2020. La única manera de revertir este proceso es bajando la inflación, subiendo la productividad y erradicando la demagogia.
La pobreza en Rosario se duplicó en los últimos 3 años como producto de la crisis cambiaria y luego la pandemia. La tasa de pobreza pasó de 20% a 38% de la población lo que equivale a un pase de 257.000 a 506.000 pobres. El salto se dio en el 2018, o sea, el primer año de la crisis donde la cantidad de gente pobre pasó de 257.000 a 415.000. Luego, la cantidad de gente pobre aumentó en 50.000 por año en el 2019 y el 2020 habiendo ahora medio millón de pobres en Rosario.
Pobreza en Rosario
Fuente: LPCONSULTING en base a EPH del INDEC
En la Ciudad de Santa Fe, la pobreza tuvo un comportamiento diferente. Subió fuerte también en el 2018 cuando la tasa pasó de 26% a 34% y la cantidad de gente pobre de 138.000 a 218.000. Luego se observa que en el 2019 la tasa de pobreza se mantiene en el 34%, pero la cantidad de gente pobre disminuye a 182.000. La razón es que hubo gente que emigró de la Ciudad, posiblemente a Rosario o a su pueblo del interior, como respuesta al empeoramiento de las condiciones laborales por la crisis cambiaria. Con la pandemia, la tasa de pobreza se ubicó en el 40% y la cantidad de gente volvió a subir a 213.000. La población de la Ciudad en el 2020 es similar a la del 2019, por lo que el aumento de la pobreza se explica sólo por el empeoramiento de las condiciones de vida.
Pobreza en Ciudad de Santa Fe
Fuente: LPCONSULTING en base a IPEC Santa Fe y Ministerio de Trabajo
La pobreza sube porque el costo de vida sube por encima de los ingresos de los hogares más humildes. Por caso, para el total nacional –que es aplicable a Rosario y Ciudad de Santa Fe– en el 2017 las familias pobres necesitaban $14.000 para dejar de serlo. Esta es la Canasta Básica Total (CBT) de las familias pobres, dada su estructura familiar (cantidad, edad y sexo de los miembros). Pero generaban entre el empleo informal y los planes sociales sólo $9.000. Les alcanzaba para comprar sólo el 65% de la CBT.
En el 2020, la CBT subió a $50.000 y los ingresos de los hogares pobres a $30.000, o sea que les alcanza sólo para comprar el 60% de la CBT. La plata les alcanza cada vez menos.
Hay 3 ideas centrales para terminar con la pobreza. La primera es que hay que tener inflación de un dígito anual. Como se ve en la evolución de la CBT y los ingresos de los hogares, la inflación es una “fabrica” de pobres.
La segunda es que hay que aumentar la productividad de la economía. La productividad significa que la gente produce cada vez más con el mismo esfuerzo. Esto se traduce en más salario real, que es lo que le permite a la gente salir de la pobreza. La política argentina de querer aumentar el salario real con aumentos de convenios colectivos es generar más inflación, lo que termina generando más pobres. No es otra cosa que el “perro que se persigue la cola”.
La tercera es que la pobreza no se reduce de un día para el otro. Es resistente y difícil de bajarla porque los hogares pobres tienen múltiples carencias que además son estructurales. Un solo gobierno no la va a bajar. Se necesita el trabajo de muchos gobiernos por más de 10 años sin que ninguna destruya lo que hizo el anterior. Esto implica terminar con la demagogia.
C.P. Leonardo H. Piazza
Director de LP CONSULTING